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Lo que hay que saber antes de invertir en una startup

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  • Acotar el importe máximo de cada inversión: La inversión en Startups está considerada como una inversión de alto riesgo y extremadamente arriesgada. Es clave saber cuánto dinero y en cuántas empresas se está dispuesto a invertir para minimizar el riesgo y maximizar el retorno. Sólo se debe invertir el dinero que se esté dispuesto a perder: Entre el 5-15% del patrimonio disponible o invertible. También es importante reservar fondos para acudir a posteriores rondas para que la participación inicial no se diluya demasiado pronto y se pierda la ventaja de haber entrado en fases iniciales y de mayor riesgo.
  • Se pretende reducir el riesgo de las inversiones. Una buena opción supone invertir en bloques de 8-10 proyectos. La media de rentabilidad de estos bloques suele estar entre 1 o 2 de cada 10 inversiones.
  • Asumir los plazos para alcanzar la rentabilidad. La rentabilidad de estas inversiones se obtiene por diversas vías: Dividendos, venta de la participación, venta de la compañía o incluso, su salida a Bolsa. Se estima que el retorno inversiones de este tipo en sus fases iniciales o semilla, puede estar entre los 5 y los 7 años.
  • Definir la estrategia de entrada y de salida. Bien a través de la entrada en el capital o bien a través de préstamos participativos.
  • Definir en qué fase de la Startup se quiere invertir. Cuanto más temprana sea, más % de su Capital se puede conseguir, dada su menor valoración. Siempre hay tener presente que en esta fase el riesgo que se asume es mucho mayor.
  • Tener claro qué se espera de la inversión: ¿Rentabilidad? ¿Participación en la toma de decisiones? ¿Servir de apoyo externo en la estrategia y la gestión? ¿Aportación de networking?
  • Analizar profundamente la Startup: Equipo fundador, sector, producto, regulación, modelo de negocio, mercado, competencia, y algo muy importante: su potencial de crecimiento. Hay que tener muy presente que una Startup no puede medirse ni valorarse con las métricas convencionales. Son proyectos que requieren inversiones importantes iniciales pero que generan inicialmente volúmenes de venta muy pequeños. Su atractivo está en confiar que en el futuro genere un alto
  • Estudiar muy bien los aspectos legales: el pacto de socios, estatutos y cláusulas legales, incluso la garantía de permanencia del equipo fundador. Es clave analizar en detalle las condiciones de la inversión y comprobar que son las que deseamos. Es muy conveniente asesorarse con especialistas legales en este tipo de operaciones. Así mismo, asegurarse de que las acciones o participaciones obtenidas por la inversión tengan asociadas los mismos derechos que los inversores que entren más adelante.
  • Beneficios fiscales: En inversiones realizadas por personas físicas, cumpliendo los requisitos establecidos por la Ley, se puede llegar a obtener desgravaciones en torno al 20% de la inversión.
  • Y por último, buscar las mejores oportunidades de inversión: El Dealflow, o lo que es lo mismo, tener la posibilidad de acceder a buenas oportunidades de inversión. Por ese motivo es muy importante elegir bien a los compañeros de viaje: Para un inversor que se inicia, es recomendable unirse a redes de Business angels, a aceleradoras o incubadoras, plataformas de crowdfunding, o también, a través de la coinversión sindicada. Estos serán los que se encarguen de construir el dealflow para localizar buenos proyectos y los que son más interesantes, negociar las condiciones de la inversión y representar al conjunto respecto del resto de socios e inversores.

 

 

 

El Crowdfunding

Crowdfunding

El crowdfunding, o financiación colectiva, es un fenómeno que día a día está más extendido y que se basa en la financiación en masa de futuros proyectos.

Es un sistema de financiación colectiva con el que un empresario o emprendedor financia su proyecto con las pequeñas aportaciones de otros (c), los cuales reciben por su aportación distintas recompensas en función del capital aportado.

La popularización de este sistema de financiación colectiva, sobre todo con el desarrollo de las redes sociales (existen muchos portales o páginas webs que facilitan y encauzan este tipo de financiación, abarcando tanto proyectos de mayor tamaño, como pequeños o incluso minúsculos), ha permitido a muchos emprendedores o empresas obtener el capital necesario para poder financiar y materializar sus proyectos, siendo una opción interesante y valiosa para dar vida a muchos proyectos que sin este tipo de fórmulas quedarían abocados al ostracismo.

Tipos de crowdfunding

Se pueden resumir en tres:

Básico. Las aportaciones de los inversores llevan aparejadas unas recompensas físicas.

Equity crowdfunding. Los pequeños inversores o particulares reciben participaciones o acciones de la compañía a cambio de sus aportaciones. Pasan a ser partícipes o propietarios del proyecto.

Crowdlending. También llamados préstamos P2P. Las aportaciones de los inversores no son a cambio de una recompensa o de la participación en el proyecto, sino que funcionan como un préstamo, con un plazo de devolución y un interés acordado.

El crowdfunding básico tributa actualmente como cualquier tipo de venta privada. En cuanto al equity crowdfunding y el crowdlending, se tributa en parámetros muy similares a los del capital riesgo tradicional.

La nueva ley de Crowdfunding

Hasta ahora, el crowdfunding no estaba regulado legalmente en España. Por ese motivo, el Gobierno ha presentado recientemente la Ley del Crowdfunding Española, a través del Proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, que regulará la financiación masiva a través de internet.

El principal punto que regula esta Ley es la diferencia, de cara al límite de inversión y a su concepto, entre inversores acreditados y los no acreditados.

Los acreditados serán las instituciones oficiales, las empresas con activos de un millón de euros, negocio de dos millones y recursos propios de 300.000 euros, y los particulares con un nivel de renta superior a los 50.000 euros anuales y un patrimonio de 100.000 euros. Este tipo de inversor no tendrá ningún límite a la hora de inyectar financiación aun a empresa mediante el crowdfunding.

El grupo de inversores no acreditados, estará formado por cualquier particular que decida invertir en una empresa mediante equity crowdfunding. En este caso, el límite será de 3.000 euros por proyecto y de 10.000 euros anuales.

Con el fin de evitar posibles riesgos para los inversores, las plataformas web de equity crowdfunding estarán obligadas a actuar bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y en el caso de las webs de préstamos entre particulares (crowdlending), las operaciones serán vigiladas por el Banco de España.

Se establece, finalmente, que el límite de financiación que una empresa puede recaudar a través de internet sea de un millón de euros.