La obligada decisión de las empresas: Reinventarse o morir

 

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Una buena idea de negocio, un buen producto o servicio, mucho trabajo, dedicación y esfuerzo. Esto es la base de que una empresa perdure en el tiempo. Pero el éxito prolongado no está nunca garantizado porqué el mercado y el consumidor cambian, y las empresas deben saber también cambiar para para seguir manteniéndose en el mercado.

El mercado y el consumidor es siempre el que manda. Las empresas están siempre expuestas a los cambios, y es necesario, por no decir imprescindible, anticiparse a esos cambios y adaptarse a las nuevas coyunturas: Dicho de otra manera: Hay que reinventarse continuamente para no quedarse atrás.

Saber detectar  estos cambios en el mercado y en el comportamiento de los consumidores es esencial  para que una compañía pueda mantenerse y crecer en el tiempo.

¿Y cómo?

Las cosas funcionan hasta que dejan de hacerlo, y muchas veces no hay vuelta atrás. El cliente es siempre el que marca el paso y las empresas no pueden ir contracorriente. Por mucho que nuestro modelo de negocio haya funcionado siempre bien, debemos trabajar en su trasformación enfocándolo y adaptándolo a las nuevas necesidades, explorando nuevos campos, nuevas técnicas, mejor tecnología, otros productos o mercados, etc., y siempre ofreciendo un valor añadido a los clientes que nos diferencie de la competencia. Esto es vital para afrontar el futuro.

Y no pensemos que los cambios que se deben hacer son siempre radicales. Hay muchos casos en los que los conocimientos que tenemos del mercado y del producto y que han sido adquiridos a lo largo del tiempo son muy aprovechables si se sabe adaptar a los momentos actuales. Otras veces, está claro, no hay más remedio que acometer profundas trasformaciones para conseguir situarse de nuevo.

Y no hay que olvidar que todos los sectores son, de una manera u otra, vulnerables a estos cambios y hay muchos proyectos que no pueden evitar quedarse desfasados y por tanto, acercarse a su posible final. Ejemplos tenemos muchos: Sectores como las salas de cine, los videoclubs, la fotografía analógica, las imprentas, la prensa escrita… han sufrido altamente estos cambios del consumidor.

El cambio obligado por la era digital actual

En los tiempos actuales en los que nos movemos la trasformación digital ha pasado a jugar un papel altamente decisivo. Todo lo digital está cada vez más presente en nuestras vidas y está provocando verdaderos cambios en nuestro comportamiento y en el comportamiento de consumo de los usuarios. Podemos afirmar que realmente lo está cambiando todo.

Las nuevas tecnologías pueden servirnos de gran ayuda para abrir múltiples posibilidades y nuevos canales de venta o comunicación. Por ese motivo, hay que adaptarse a estos nuevos tiempos y disponer de los medios tecnológicos necesarios para que nuestros productos o servicios sean visibles, y lo que es más importante, conseguir que el  cliente los demande.

¿Y cuándo lo hacemos?

Pues ya se ha dicho y por tanto, la respuesta es clara: Constantemente. Es un proceso continuo que debe acometerse de manera constante. Y si no es así, o no se ha hecho nunca: hay que hacerlo cuanto antes y no esperar a que sea demasiado tarde. Siempre hay posibilidades de reinventarse si se consigue aportar nuevo valores al cliente.

Lo que nunca hay que hacer es tirar la toalla: Hay que reinventarse y no morir.

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