Categoría: Sociología
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Navidad 2018-2019
Cómo hablar en público y ser un buen comunicador
Hablar en público, tanto a nivel profesional como a nivel personal, no es una tarea fácil para la mayoría de las personas.
Transmitir a los demás que es lo que se quiere decir, la idea o lo que se piensa u opina sobre un tema es una habilidad muy importante para interactuar con los demás. Pero hablar expresándose de forma clara, estructurada y consiguiendo que los interlocutores comprendan exactamente lo que queremos transmitir es algo que no todo el mundo es capaz de hacer. Hay que ir trabajándolo, aprendiendo y perfeccionando la técnica. Porque con la práctica se adquiere la habilidad de hablar en público.
Algunos consejos para hablar en público
- Confianza. Hay que tener confianza en uno mismo y confiar en el mensaje a transmitir.
- Seriedad en la exposición, pero manteniendo el sentido del humor y la creatividad, para que el oyente pueda estar cómodo e interesado por el mensaje que se le está transmitiendo.
- Claridad. Hablar con claridad y concentrarse en lo esencial.
- Sinceridad, naturalidad y sencillez. El público lo percibirá y lo agradecerá.
- Tranquilidad. Estar relajado y cuidar la respiración es vital para evitar el nerviosismo.
- Conocimiento de quien van a ser nuestra audiencia. Nos ayudará a enfocar nuestra exposición de forma correcta.
- Organización. Hay que tener muy claro cuál es el mensaje que se quiere transmitir para no alejarse del camino marcado. Además, es muy importante ordenar los elementos del mensaje que se va a transmitir: Introducción, puntos principales a exponer, desarrollo y conclusión.
- Preparación y memorización. El tema a desarrollar debe estar bien preparado para no caer en el error de parecer inexpertos de algo que se entiende que dominamos. También hay que memorizar las partes fundamentales del texto para evitar una lectura continua. El soporte en papel debe servir únicamente como guion y apoyo a la exposición verbal y espontánea. Con esto, ganaremos credibilidad.
- Control de los tiempos y búsqueda de la brevedad.
- Adueñarse de la situación. Hay que conseguir captar la atención del público desde el primer momento. Para ello, hay que conseguir crear un vínculo real entre público y expositor y mantenerlo durante toda la exposición para no perder la atención de los oyentes.
- Mirar al público a los ojos. El contacto visual es de suma importancia en cualquier exposición. Hay que hablar para todo el auditorio y no caer en el error de hacerlo para unos pocos.
- Gestualidad y lenguaje corporal. La charla o exposición no puede ser únicamente verbal. Hay que ayudarse con los gestos y con la postura: Acompañan, matizan y trasmiten actitudes, emociones y sentimientos. Aunque, como en todo en la vida, no hay que abusar de ellos.
- Tono de voz. El tono de voz empleado crea también sensaciones y emociones. Crea armonía entre el contenido del mensaje y las maneras de expresarlo. Crea, en definitiva, equilibrio.
- Los silencios. También son una forma de lenguaje, y bien utilizados, comunican de igual manera que la expresión verbal.
- Y por último, ser ameno. Cualquier técnica de comunicación puede estar bien aprendida, pero si no se logra empatizar con el público, todo está perdido. Hay que ser ameno y entretenido de principio a fin: Hay que ganarse a la audiencia. Hay que ser creativos.
Coaching, Coach y Coachee
Coaching es la disciplina de asistir a las personas, a través de la conversación, para que se movilicen de manera exitosa para alcanzar los objetivos deseados superando las limitaciones y potenciando las fortalezas. Consiste en ayudarlas a aprender en lugar de enseñarlas.
En la relación entre Coach y Coachee –entrenador y entrenado- el Coachee no debe esperar encontrar en el Coach a un gran amigo o al mejor consejero. Aun así, debe establecerse entre ambos un verdadero marco de confianza.
El Coaching busca sacar lo mejor de cada uno de nosotros, acompañando a cada persona en su desarrollo. Es un proceso encaminado a que el Coachee –el profesional– descubra por sí mismo cuáles son sus fortalezas y sus carencias y diseñe su futuro en consecuencia. Sirve para que cada uno se descubra a sí mismo, y sea el responsable de su propio destino.
La función del Coach es plantear desafíos y servir de guía para que el Coachee descubra sus propias cualidades y su verdadero potencial, y cumpla con los objetivos y las acciones que él mismo se ha marcado. Es un camino duro que debe recorrerse por sí solo.
La clave del éxito está en que el profesional debe enfrentarse a sus propios retos y desarrollar las habilidades necesarias para asumir los distintos desafíos en los que puede o quiere verse inmerso.
Pero la tendencia es pensar que un proceso de Coaching es algo mágico que va a solucionar los problemas a los que nos enfrentamos sin esfuerzo ni compromiso alguno. Y no hay nada más alejado de la realidad. El Coaching requiere grandes dosis de compromiso y puede convertirse a veces en una experiencia poco agradable. Aun así, es uno de los métodos de desarrollo más poderosos.
El Coach no está para realizar sugerencias y nunca toma partido. Si lo que realmente se busca es consejo y ayuda a los problemas profesionales para alcanzar una salida, el Coaching no es el camino. En estos casos, la opción más acertada es recurrir a la Consultoría, a un mentor o asesor, o incluso, a un amigo, pero nunca a un Coach. A diferencia de los Coachs, éstos forman y enseñan al profesional durante el periodo de tiempo necesario para conseguir convertirlo en el perfil deseado.
La obligación de cumplir la Ley de protección de datos de carácter personal
Cualquier empresa maneja datos personales en el desarrollo normal de su actividad. Datos de clientes, de proveedores, del personal de la empresa, Curriculum vitaes…
La Ley de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD), regula y obliga a como se debe tratar de forma correcta estos datos personales, bien sean propios o de terceros, con el fin de preservar la seguridad de sus titulares y garantizar sus derechos.
Tan obligado está a la Ley un autónomo que trata un solo dato, como una multinacional con millones de datos. La LOPD afecta a la práctica totalidad de las organizaciones por el simple hecho de almacenar datos de personas físicas o de otras organizaciones. Están obligados las personas físicas, autónomos, empresas, entidades públicas, asociaciones, fundaciones, comunidades de propietarios… En definitiva, cualquiera que desarrolle una actividad profesional.
Y esta Ley no es una broma. La vigilancia y el control de la Agencia Española de Protección de Datos es cada vez mayor y aplica sanciones importantes que van desde los 900 a los 600.000 euros.
La cuantía de las sanciones se gradúa atendiendo a la naturaleza de los derechos personales afectados, a su volumen, a los beneficios que podamos haber obtenido, a la intencionalidad, a la reincidencia, a los daños y perjuicios causados,… Por tanto, el no estar al día con la LOPD, pueden causar graves daños económicos a nuestro negocio.
Y un dato muy importante a tener en cuenta es la posibilidad que existe de ser denunciados por su incumplimiento. La denuncia puede venir de cualquiera. Es habitual que este tipo de denuncias provengan de ex trabajadores, clientes insatisfechos, competencia, etc.
Cumplimiento y Adaptación
Cada organización es muy diferente. Si los datos de que disponemos son muy sencillos la adaptación a la LOPD será también muy sencilla.
La Ley determina tres niveles de datos: básico, medio y alto, catalogados en función de la sensibilidad de los mismos, y sobre los cuales establece diferentes tipos de obligaciones.
- Nivel básico: Datos identificativos, tales como NIF, Nº Seguridad Social, nombre, apellidos, dirección, teléfono, firma, imagen, e-mail, nombre de usuario, número de tarjeta, matrícula…
- Nivel medio: Datos sobre infracciones administrativas o penales, solvencia o crédito, datos tributarios o de la Seguridad Social, datos de prestación servicios financieros, y datos referentes a la personalidad o comportamiento de las personas, como gustos, costumbres, aficiones…
- Nivel alto: Datos acerca de la ideología, religión, creencia, origen racial, salud, vida sexual o sobre violencia de género.
La LOPD regula las acciones que se deben llevar a cabo:
- Inscripción de los ficheros en la Agencia Española de Protección de Datos.
- Elaboración e implantación del Documento de Seguridad.
- Regulación del movimiento de datos con terceros.
- Auditoría bianual (para nivel medio o alto de datos)
De manera más amplia, el proceso de implantación y cumplimiento es:
- Identificación del responsable de los ficheros.
- Análisis de los medios informáticos y las instalaciones físicas.
- Identificación de los ficheros, tanto en formato papel como informático, según los fines con los que se traten.
- Inscripción de los ficheros en la Agencia Española de Protección de Datos.
- Elaboración del Documento de Seguridad.
- Elaboración del Manual de Implantación.
- Elaboración del Certificado LOPD.
- Guía de los protocolos ARCO. Guía de actuación para el personal de la empresa de cómo debe recibir, gestionar y atender las peticiones de acceso, rectificación, cancelación, y oposición (ARCO) que cualquier persona pueda solicitar a la empresa en ejercicio de sus derechos contemplados en la LOPD.
- Elaboración del contrato de acceso a datos por cuenta de terceros.
- Elaboración del Compromiso de confidencialidad y secreto.
- Definición de Cláusulas legales, para inclusión en documentos de papel y electrónicos.
- Definición de Aviso legal para el cumplimiento de la LSSI en nuestra web.
- Formación de los responsables y encargados del tratamiento de los ficheros.
- Información a los propietarios de los datos, sobre la existencia de los ficheros.
- Elaboración de circulares informativas y difusión interna: Preparación y elaboración de material informativo para la empresa, tales como anuncios, carteles, comunicados…
- Mantenimiento. Las empresas que no se adapten a los cambios vuelven a ser susceptibles de incumplimiento y por tanto, de sanciones.
- Realización cada dos años de auditoría (sólo para aquellas empresas que tengan nivel medio o alto de datos). Finalizará con un Informe que determinará si nuestra empresa se adecua o no a la Ley. La ley permite que una empresa puede auditarse a sí misma.
Además, la LOPD impone la identificación de los usuarios mediante el uso de contraseñas, el control de la entrada y salida de soportes con datos, la instalación de sistemas de protección tales como antivirus, cortafuegos, encriptación de datos, etc. o la gestión de copias de seguridad.
Guía del responsable del fichero:
Ley de Protección de Datos de Carácter Personal. Agencia española de protección de datos.
http://www.agpd.es/portalwebAGPD/canaldocumentacion/legislacion/estatal/index-ides-idphp.php
Un nuevo modelo económico: Si no tienes, no gastes.
Transcribimos el artículo de José María Michavila y Daniel de Fernando, publicado el pasado día 5 de marzo de 2013 en el diario El Mundo en la sección Otras Voces.
España, pionera de una nueva era
La Edad Contemporánea ha terminado. Pronto la historiografía se pondrá de acuerdo sobre cuándo empezó la que ahora comienza, si fue con la caída del Muro de Berlín, internet, las Torres Gemelas o con el nuevo modelo económico resultante de la crisis iniciada hace cinco años. Lo evidente es que estamos en una época distinta, con otros modos de articular la convivencia social en todos los ámbitos, especialmente en la necesaria renovación y limpieza democrática de las instituciones políticas, la masiva difusión del conocimiento, el respeto entre las culturas y los principios del crecimiento económico.
La nueva época ya ha puesto en marcha un nuevo modelo económico: se acabó la cultura del vivir de prestado. A la actual generación del mundo occidental le ha tocado el privilegio de ser la que mejor ha vivido en la Historia y el desafío de no convertirse en la que legue una más gravosa e insoportable carga a las futuras. Ha vivido sin guerras, con un nivel educativo, una higiene infantil y una salud senil incomparables, un nivel económico cercano al óptimo y una globalización del crecimiento extraordinaria. Hemos disfrutado de los grandes avances, inventos y mejoras acumulados en años y la renta per cápita ha crecido en progresión geométrica. En España, la renta per cápita se ha multiplicado por 80 en los últimos 50 años. Al mismo tiempo, se ha exigido al Estado beneficios aún mayores y ausencia de contratiempos y lo más importante no ha sido dejar una economía sana, sino recibir cada vez más del Estado y contar con beneficios mayores y mejores.
La edad democrática y del confort han crecido en paralelo. Nuestra generación ha tenido la oportunidad de demandar en cada proceso electoral una nueva medida de bienestar. La sociedad que vivía bien exigía a sus políticos vivir cada vez mejor. Y vivir mejor era vivir de prestado. Esto ocurrió, de manera generalizada, en las familias, las empresas y el Estado. La edad de la fiesta absoluta consistió en gastar sin mirar a quién ni cuánto se debía. Y con más alegría promovían los políticos la cultura de vivir endeudados cuanto más cercanas a los derrotados planteamientos comunistas se encontraran las raíces de su color político.
En esta poderosa y legítima aspiración sus políticos, con escasas excepciones, no quisieron o no se atrevieron a gobernar para poner límites racionales a la cultura del vivir de las deudas. La política democrática ha ido detrás del furor consumista de una sociedad a la que todo se le puso fácil y para la que gastar más de lo que producía, gastar con deuda, pasó a ser un estilo de vida. Basta un ejemplo: el 21 de enero de 1921 se aprobaba el Reglamento General para el Retiro Obligatorio. En él se establecía el retiro a los 65 años. Ese año, la esperanza media de vida en España era de 45 años al nacer y de 10 años más para quienes cumplían los 65. Hoy es de 81,4 años en el momento de nacer y de más de 20 para quien llega a la edad de 65. Y sin embargo, la edad de jubilación no se ha retrasado, por el contrario ha habido enormes presiones y excepciones para rebajarla. Y veremos quién paga la deuda.
El fenómeno no es exclusivo de España. EEUU, la primera economía del mundo, ha mantenido un déficit público todos los años desde 1969 excepto los cuatro de la burbuja de internet en 1998-2001. El Reino Unido ha estado en déficit 51 de los últimos 60 años, España 45 de los últimos 49, Japón todos desde 1992, e Italia, Portugal y Grecia han sido perpetuamente deficitarios desde que tenemos datos fiables en todos ellos,
Basta haber seguido las noticias sobre el «precipicio fiscal» y el reciente «secuestro presupuestario» norteamericano. El Gobierno de este país gasta el 25% del PIB, con unos ingresos de sólo el 15%. Los futuros gastos ya comprometidos crecen más que los ingresos hasta el punto que cerrar esa brecha implicarían un ajuste fiscal permanente del 15% de PIB del país. Es decir, si no se modifican los gastos previstos, los ingresos por impuestos tendrían que aumentar hasta el 33% del PIB, casi al doble. El coste del ajuste lo soportarían las generaciones futuras, los aún no nacidos. Los beneficios recibidos menos las aportaciones hechas al Estado para la generación que hoy está en los 60 arrojarán un saldo a su favor de 300.000 millones de dólares a lo largo de su vida. Para la de los 50, será de 200.000 millones. Por el contrario, el saldo será negativo para los no nacidos que se verán obligados a contribuir 400.000 millones más de lo que reciban.
Pero sucedió que un día alguien, el que para algunos es el maldito mercado, se dio cuenta de que esa desenfrenada alegría tendría que tener un límite. Quienes habían ahorrado y prestado se preocuparon por pensar que, de seguir así, habría un momento en que no se les pudiera devolver el dinero prestado, gastado y vuelto a prestar. Y aquí vino la crisis del vivir de prestado. En entenderla y afrontarla está el éxito o la ruina de las naciones y las futuras generaciones.
La fuerza de la libertad derribó el Muro de Berlín e hizo del totalitarismo comunista un residuo para sentimentales sin entrañas, la potencia creadora del ingenio humano puso internet a disposición de la difusión del conocimiento hasta en la última aldea de un mundo que se ha hecho global, la intolerancia del fanatismo fundamentalista generó la repulsa mundial al derribar las Torres Gemelas, la regeneración democrática impone excluir de manera tajante cualquier comportamiento de emplear el poder político para lucrarse y la racionalidad del mercado puso punto final al modelo del desenfreno consumista sin responsabilidad.
Está naciendo un nuevo modelo económico cuya clave es si no tienes no gastes, o no se puede gastar permanentemente más de lo que tienes. A esta sufrida España, la crisis, los mercados, la han obligado a hacer reformas, a apretarse el cinturón, a ajustar sus gastos a sus ingresos. Pero este dolorosísimo momento tiene una ventana abierta al optimismo. La gran oportunidad de España es que sus políticos y sus líderes sociales sean conscientes de que ha llegado la hora de gobernar el cambio hacia la nueva época. La senda que España ha iniciado es la que deberá seguir, con toda seguridad y pronto, Francia, el Reino Unido y también, tarde o temprano, la poderosa economía de EEUU tendrá que zanjar el turbulento debate sobre el déficit. El modelo de gastar sin responsabilidad se ha agotado. Y España, con el esfuerzo ejemplar de casi toda su sociedad, y con su Gobierno al frente, ha iniciado la oportunidad de ganar el futuro. El año 2013 va a ser crucial en este sentido. Consolidar y profundizar en las reformas es poner a España antes que a otras naciones desarrolladas en los fundamentos de crecimiento económico del nuevo modelo. Pero hace falta algo más. Devolver la confianza es necesario. Pero no suficiente. Hay que generar un modelo propio de especialización, de producción de bienes y servicios allí donde España sabe hacerlo y es competitiva, y hay que redefinir un modelo educativo que prepare a los ciudadanos para competir en condiciones ventajosas en un mundo global. España está siendo pionera en afrontar las dificultades del cambio de modelo. Si persevera en este difícil esfuerzo será también pionera en sentar bases sólidas del nuevo modelo de crecimiento económico.
José María Michavila y Daniel de Fernando son cofundadores de MdF Family Partners.