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Los 10 consejos para hablar bien en público

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Para todo hay una lista de los top 10. También para hablar bien en público. Aquí van:

  1. ¡Demuestra tu entusiasmo! Lo primero que busca el público en un ponente es entusiasmo. Piensa en todas las presentaciones aburridas en las que has estado, probablemente sean la mayoría. Los presentadores suelen ven sus ponencias como un objetivo en sí mismo, un obstáculo que hay que superar.
  2. Respira hondo. Cuando estás nervioso, te cuesta más respirar desde el diafragma, tu respiración será más superficial y tendrás menos aire del que necesitas. Esto lleva a que se acelere, porque tu organismo te está diciendo que necesita más oxígeno para atender a la situación de tensión en la que cree que te encuentras. Si respiras profundamente, tu ritmo cardiaco se ralentizará y podrás usar la tensión a tu favor.
  3. Practica, mucho más de lo que crees que es suficiente. Al menos cinco veces la duración de tu presentación, y mejor si es con alguien de confianza que te diga qué tal lo haces. ¿Te imaginas un cirujano que te fuera a operar de algo serio sin haber practicado antes? La práctica te da confianza y te permite concentrarte en el mensaje y en la audiencia, no en ti mismo.
  4. Maneja bien tu voz, es tu mejor arma para hablar en público. Tiene tres componentes: el volumen, el ritmo, y el tono. Combina diferentes niveles de cada componente para dar una inflexión a tu voz que la haga interesante de seguir.
  5. Sonríe: la sonrisa te relaja y te hace más cercano a tu audiencia. Piensa en la gente que te cae bien a la primera, probablemente sonrían mucho.
  6. Mantén el contacto visual con tu audiencia. De tres a cinco segundos por persona. Esto te permitirá verles como individuos y no como un grupo que quiere destrozar tu autoestima. Además, percibirás si están despiertos o si les estás aburriendo.
  7. Organiza mentalmente los apartados de lo que quieres contar a tu audiencia. La buena organización hace que tu presentación fluya. Utiliza notas que muestren las ideas a exponer, no las palabras que vas a usar. No intentes exponer más de tres puntos clave, no los recordarán.
  8. Sé creativo. Las presentaciones que se recuerdan son las que hacen que el público se lo pase bien, porque les diviertes o porque atrapas su atención y la mantienes durante toda tu charla. Añade ilustraciones a tu presentación.
  9. Asegúrate de que tu mensaje es claro y fácil de recordar. Repítelo varias veces durante la presentación. Diles «si sólo tuvierais que recordar una cosa de lo que os he contado hoy, sería esta…»
  10. Busca oportunidades para hablar. A grupos o a personas. Cuantas más veces lo hagas, mejores resultados tendrás. ¿O piensas que los campeones olímpicos nacen hechos? Necesitas tiempo para asimilar lo que aprendes.

 

Copia del artículo publicado por Javier Bernad, como gran experto en la habilidad de hablar en público, en el diario económico Expansión con fecha del 7 de mayo de 2019.

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Cómo hablar en público y ser un buen comunicador

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Hablar en público, tanto a nivel profesional como a nivel personal, no es una tarea fácil para la mayoría de las personas.

Transmitir a los demás que es lo que se quiere decir, la idea o lo que se piensa u opina sobre un tema es una habilidad muy importante para interactuar con los demás. Pero hablar expresándose de forma clara, estructurada y consiguiendo que los interlocutores comprendan exactamente lo que queremos transmitir es algo que no todo el mundo es capaz de hacer. Hay que ir trabajándolo, aprendiendo y perfeccionando la técnica. Porque con la práctica se adquiere la habilidad de hablar en público.

Algunos consejos para hablar en público

  • Confianza. Hay que tener confianza en uno mismo y confiar en el mensaje a transmitir.
  • Seriedad en la exposición, pero manteniendo el sentido del humor y la creatividad, para que el oyente pueda estar cómodo e interesado por el mensaje que se le está transmitiendo.
  • Claridad. Hablar con claridad y concentrarse en lo esencial.
  • Sinceridad, naturalidad y sencillez. El público lo percibirá y lo agradecerá.
  • Tranquilidad. Estar relajado y cuidar la respiración es vital para evitar el nerviosismo.
  • Conocimiento de quien van a ser nuestra audiencia. Nos ayudará a enfocar nuestra exposición de forma correcta.
  • Organización. Hay que tener muy claro cuál es el mensaje que se quiere transmitir para no alejarse del camino marcado. Además, es muy importante ordenar los elementos del mensaje que se va a transmitir: Introducción, puntos principales a exponer, desarrollo y conclusión.
  • Preparación y memorización. El tema a desarrollar debe estar bien preparado para no caer en el error de parecer inexpertos de algo que se entiende que dominamos. También hay que memorizar las partes fundamentales del texto para evitar una lectura continua. El soporte en papel debe servir únicamente como guion y apoyo a la exposición verbal y espontánea. Con esto, ganaremos credibilidad.
  • Control de los tiempos y búsqueda de la brevedad.
  • Adueñarse de la situación. Hay que conseguir captar la atención del público desde el primer momento. Para ello, hay que conseguir crear un vínculo real entre público y expositor y mantenerlo durante toda la exposición para no perder la atención de los oyentes.
  • Mirar al público a los ojos. El contacto visual es de suma importancia en cualquier exposición. Hay que hablar para todo el auditorio y no caer en el error de hacerlo para unos pocos.
  • Gestualidad y lenguaje corporal. La charla o exposición no puede ser únicamente verbal. Hay que ayudarse con los gestos y con la postura: Acompañan, matizan y trasmiten actitudes, emociones y sentimientos. Aunque, como en todo en la vida, no hay que abusar de ellos.
  • Tono de voz. El tono de voz empleado crea también sensaciones y emociones. Crea armonía entre el contenido del mensaje y las maneras de expresarlo. Crea, en definitiva, equilibrio.
  • Los silencios. También son una forma de lenguaje, y bien utilizados, comunican de igual manera que la expresión verbal.
  • Y por último, ser ameno. Cualquier técnica de comunicación puede estar bien aprendida, pero si no se logra empatizar con el público, todo está perdido. Hay que ser ameno y entretenido de principio a fin: Hay que ganarse a la audiencia. Hay que ser creativos.